Reflexión sobre España

corrupción urbanística ha sido un problema endémico y muy visible en España, especialmente durante el boom inmobiliario de finales del siglo XX y principios del XXI, antes de la crisis de 2008. No hay una única causa, sino una combinación de factores estructurales y coyunturales que crearon un caldo de cultivo perfecto para estas prácticas:

Enorme rentabilidad del suelo: El suelo urbano en España, especialmente en las zonas de costa y grandes ciudades, se convirtió en un bien escaso y con un valor especulativo altísimo. Las "recalificaciones" (cambiar el uso del suelo de rústico a urbanizable) multiplicaban su valor de forma exponencial, generando ganancias millonarias de la noche a la mañana. Esto creaba un incentivo gigantesco para la corrupción.

Competencias urbanísticas en manos de los ayuntamientos: En España, las competencias de ordenación del territorio y urbanismo recaen en gran medida en los municipios. Esto significa que los ayuntamientos, con sus alcaldes y concejales, tienen un poder discrecional inmenso para decidir qué suelo se urbaniza, cómo y quién construye. Esta proximidad entre el poder político local y los intereses económicos facilitaba los tratos de favor y la corrupción.

Financiación irregular de partidos políticos: Numerosos casos de corrupción urbanística han revelado que el dinero obtenido de recalificaciones o concesiones de licencias irregulares se utilizaba para financiar de forma ilegal a partidos políticos. Los ayuntamientos, a menudo con presupuestos limitados, veían en el urbanismo una fuente de ingresos rápida y fácil.

Marco legal complejo y ambiguo: La legislación urbanística en España es muy densa y compleja, lo que a veces generaba ambigüedad y lagunas legales que podían ser explotadas para interpretaciones interesadas o para dificultar la detección y persecución de los delitos.

Falta de control y fiscalización efectiva: Durante el boom, los mecanismos de control sobre la actividad urbanística no fueron lo suficientemente robustos. La fiscalización por parte de las comunidades autónomas o los órganos judiciales era a menudo lenta y reactiva, no preventiva.

Desarrollismo y cultura del "ladrillo": Hubo un periodo en España donde la construcción y la actividad inmobiliaria eran vistas como los motores principales del crecimiento económico. Esta mentalidad "desarrollista" a menudo priorizaba el crecimiento urbanístico por encima de la sostenibilidad, la protección del medio ambiente o la planificación racional, creando un ambiente propicio para el "todo vale" en el urbanismo.

Infiltración de dinero ilícito: El sector inmobiliario, dada la magnitud de las transacciones y la posibilidad de mover grandes cantidades de dinero, también ha sido utilizado para el blanqueo de capitales procedentes de actividades ilegales (narcotráfico, etc.).

Clientelismo y redes de influencia: En muchas localidades, se establecieron redes clientelares donde promotores, políticos y técnicos se beneficiaban mutuamente. Esta trama de intereses hacía muy difícil romper el ciclo de corrupción.

Lentitud de la justicia: La complejidad y la duración de los procesos judiciales relacionados con la corrupción urbanística han contribuido a una sensación de impunidad en muchos casos, tardando años en llegar a sentencia firme.

Aunque la crisis de 2008 frenó drásticamente el boom y la magnitud de los nuevos casos de corrupción urbanística ha disminuido, los efectos de aquella época (como la construcción excesiva en zonas costeras o la destrucción de paisajes) aún son visibles, y la lucha contra las herencias de aquellos años sigue siendo un desafío para la justicia española.

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impuestos en España 

si lo ganas IRPF 

si lo gastas iva

si lo ahorras patrimonio 

si lo inviertes plusvalía 

si lo regalas donaciones 

si lo atesoras inflación 

si te la rascas con las dos manos subvención

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pude comprobar la corrupción urbanística que hay en España y lo hijo putas que son en ayuntamientos para darle calificación a terrenos y la burocracia que ponen para su chanchullo 

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no puedo conectarme con Instagram pues insulté a uno de la Benemérita al llamarle ratas por tener inspección técnica de vehículo en furgonetas cada seis meses me censuraron en Instagram definitivamente

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 la Inquisición española es ahora la hacienda española no hay quien se libre te crujen.

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en España te cobran impuestos de todo e incluso te cobran impuestos que también suman para aplicar el IVA como por ejemplo ocurre en el recibo de la luz lo cual es totalmente ilegal, es decir cobran impuestos de los impuestos.

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España el país del cemento y del ladrillo de la corrupción urbanística donde alcaldes y riquinos hacen sus apaños.

 la juventud en España no puede acceder a la vivienda debido a la corrupción.

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oligarquia y caciquismo -joaquin costa,, https://omegalfa.es/downloadfile.php?file=libros/oligrquia-y-caciquismo.pdf

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¿Por qué razón dejaste de vivir en España? 

Vladimir Perez Gil

Answered Jan 18

Por motivos familiares, todavía no me he marchado de España, pero lo he pensado mucho y probablemente lo haga por pronto estas razones:

 •No soporto un sistema político que permite unas regiones "autonómicas" que prácticamente son taifas de políticos arribistas que proliferan como setas para vivir de la mamandurria. Un sistema de 17 taifas desbocadas que desangra nos material y moralmente. Y va a peor

•No soporto un sistema político que permite algunas regiones "autonómicas" con ínfulas nacionalistas, fascistoides y filoterroristas que, casualmente, llevan siglos explotando e insultando a otras regiones españolas, tanto en las épocas dictatoriales como en las "democráticas". Y va a peor.

•No soporto un sistema político "democrático" basado en torear los principios constitucionales básicos: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. No se respetan ni uno. Y presumen de ello la mayoría de los partidos políticos, que fomentan la "discriminación positiva" hacia unos sectores (igualdad entre regiones, hombre-mujer, lenguas minoritarias…) por motivos espurios y para robar unos miserables votos. Y va a peor.

•No soporto un sistema social basado en exprimir con impuestos a los ciudadanos que trabajan y producen para, en gran medida, para mantener a una inmensa casta política sobredimensionada y para mantener un inmenso rebaño de votos cautivos. Y va a peor.

•No soporto que haya partidos cuya estrategia principal se base en fomentar un rabioso resentimiento entre españoles en todos los aspectos de la vida social: condición social, sexo, religión, ricos-pobres… Y va a peor.

•No soporto que en mi propio país se me pongan, a posta, todo tipo de barreras para moverme libremente por su territorio: legislaciones y normativa distintas para compartimentar regiones y regioncillas, imposición de lenguas locales (algunas simplemente dialectos de terruño, otras lenguas obsoletas y medio inventadas). Nacionalismo del más rancio en todo tiempo y lugar. Y va a peor.

•No soporto vivir en un país, España, al que pretenden convertir en una nación-entelequia (discutible y discutida dijo un político de aciaga memoria) para destruirla y volverla a montar, en el mejor de los casos, según sus intereses. Y va a peor.

•Etcétera, etcétera, etcétera…

Resumiendo: me gustaría vivir en un país, España, con una bandera en vez de 17 banderines. Con una policía que lleve el mismo uniforme y al servicio de la Ley y de todos los ciudadanos, no de los intereses locales. Donde pueda vivir en cualquier sitio y hablar español y no me miren con conmiseración, desprecio u odio… ¡soñar no cuesta nada!

 

Por estas razones y por otras muchas más del mismo estilo, si puedo, me iré de España. Ojos que no ven corazón que no siente.